El espíritu de superación no tiene fin y si eres capaz de visualizar un Volkswagen Lupo de 500 CV puede que seas capaz de realizarlo, con tiempo, esfuerzo y dinero. Si estás creando un verdadero ataúd con ruedas que además es un auténtico horno es otra historia, pero lo habrás conseguido. Probablemente es lo que pensó el croata Petar Biocic cuando se puso manos a la obra.
Modificar a tal nivel de detalle un Lupo tiene grandes dosis de trabajo. Para empezar los 500 CV no se sacan a partir de un único bloque sino que se reparte en dos propulsores 2.8 litros VR6 de seis cilindros, situado uno en en posición delantera y otro en posición central trasera. En total forman una combinación W12 (de alguna manera hay que llamarla) que oficialmente generaría 201 * 2 = 402 CV pero que en el banco de potencia desarrolla un total de 500 CV. Lo mejor es la comodidad del cálculo de peso/potencia: 2 kilogramos por caballo.
Parece que adaptar los motores delantero y trasero no fue el mayor de los problemas, sino que éste vino de la refrigeración. Para “apañárselas” desplegó en la parte baja del frontal dos radiadores que aportan el aire suficiente para que los propulsores respiren, aunque impiden acercarse demasiado a cualquier zona con agua en el suelo. Al final obtener esa potencia y con tracción a las cuatro ruedas merece la pena ciertas “incomodidades”.
Más o menos como las que tiene el interior, donde lo más que hay son unos asientos deportivos, salpicadero y la jaula de seguridad para proteger a los dos ocupantes (adios a las plazas traseras como si fuese el W12 GTI). La sensación “racing” debe de ser única, sobre todo si dentro del habitáculo te está sonando uno de los V6 “a todo trapo”. Algún acompañante puede que rece más porque el nuevo sistema de frenos de disco resista bien y el coche no termine con un “Lu” por un lado y un “Po” por el otro.
Llegados a este punto hay que oírlo y verlo. Así acelera este brutal Lupo.
Y aquí no acaba la cosa pues su creador se ha propuesto añadir un sistema biturbo HGP para que 500 CV sean los que aporta cada uno de los motores. Con 1.000 CV seguro que ya se iría a un circuito a competir con un Bugatti Veyron y podría ser que no saliera vivo de allí. De momento puede competir con el Chevrolet Matiz V8 que ya es bastante.
Más imágenes del monstruoso Volkswagen Lupo con dos motores V6:
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