Muchos vaticinamos un futuro lleno de coches eléctricos circulando silenciosamente por las grandes urbes, llenas de aire puro en lugar de la actual contaminación. Bastante tiempo pasará hasta que ese hipotético futuro nos alcance, así que de momento recreémonos en las brutales competiciones de drag racing, concretamente la aceleración desde parado al cuarto de milla. Nadie esperaría encontrarse allí más que enormes V8 americanos y turbos por doquier…
Sin embargo parece que el futuro ha llegado a la pista de un cuarto de milla del circuito estadounidense de Infineon. Dos de los eléctricos más atractivos disponibles en el mercado se han enfrentado en un duelo de cero emisiones: el conocido Tesla Roadster y el no tan conocido Tango EV. El Tesla, equipado con la versión 1.0 de su sistema de propulsión y unas baterías no demasiado cargadas cruza la línea de meta en 14.666 segundos a 101.23 millas por hora (162 km/h).
Sin embargo, el Tango EV vence, cruzando la línea de meta en 14.480 segundos a 92.15 millas por hora (147.4 km/h). Esto requiere una explicación: aunque el Tango EV parezca un microcoche fabricado de plástico esconde un chasis de última tecnología, desarrollado bajo estándares de competición y cuenta con un par máximo de, atentos, 1.355 Nm, 100 Nm más que un Bugatti Veyron. Acelera hasta los 100 km/h en 4 segundos y su punta supera los 200 km/h.
Su carrocería estrecha da la impresión de que vaya a volcar en curvas, pero no lo hace. Gracias a estabilizadores y barras antivuelco es tan estable como el Tesla. Dos personas, sentadas en buckets Recaro pueden ir en el Tango, una detrás de otra. No es un coche muy popular, podréis pensar, pero el mismo George Clooney tiene uno. A pesar de una autonomía de 75 km su figura estrecha es ideal para evitar los atascos, tal y como una moto lo haría.
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