Todavía no me imagino a ningún marido (o mujer, no discrimino) que le pueda regalar a una mujer (en este caso dudo de que sea un hombre) unos zapatos de tacón de la firma Lamborghini. No sólo porque para pagarlos haya que hipotecar casi un coche sino porque son lo que se dice poco discretos, quizá el secreto de su futuro éxito. La marca italiana los ha lanzado como homenaje al Gallardo Superleggera y por supuesto son totalmente exclusivos y limitados.
No hace falta ni verlos, uno se los puede imaginar fácilmente. Tan solo hay que pensar en el frontal de este Gallardo aligerado y situarlo sobre la punta de unos zapatos de tacón. Efectivamente, con el dibujo de las clásicas entradas de aire, el escudo e incluso las luces. En la talonera más de lo mismo, y que no falten nin las salidas de escape (gracias a dios un dibujo). Estos tacones no sólo son una imagen “andante” del Superleggera sino que además tienen otras peculiares características.
Son desde luego aptos para lucir en cualquier fiesta exclusiva, aunque diría que con un cursillo de equilibrio por su enorme altura. Los tacones cuentan con unas puntas de chúpamela la punta gran altura, además construidas en fibra de carbono y absolutamente nada disimuladas. Es decir, aunque andar con ellos puestos sea una auténtica odisea no se puede decir que sean pesados. Por citar otras características tienen una suela interior con un material que mantiene “frescos” los pies.
Mira que hemos visto pasar todo tipo de “equipamiento extra” de algunas marcas de reconocido prestigio. Desde las más “mundanas”, como Audi con su set de golf hasta un nivel mayor como los binoculares y el telescopio de Ferrari. Para complementar a los vehículos, especialmente a los de los clientes que quieren llevarse su “marca” a todas partes, cualquier objeto vale.
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